Veamos si la siguiente secuencia te suena: Postergas una decisión durante meses, le das mil y una vueltas, la discutes con otros, la miras desde cada ángulo posible. Tu intuición te dice algo, pero el miedo a equivocarte es grande y te paraliza, así que decides darte un poco de más tiempo. Pasan semanas, meses y a veces hasta años en este bucle, y un día, de repente, te das cuenta: ¡En realidad siempre lo habías tenido claro!
Lo primero, ¿qué es la intuición?
La intuición es un proceso por el que conocemos algo sin necesidad del razonamiento analítico, construyendo un puente entre la parte consciente y la inconsciente de nuestro cerebro, así como entre instinto y razón.
La intuición es la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.
Antes de escribir esta entrada, pregunté a mi comunidad en instagram si a la hora de tomar grandes decisiones en sus vidas solían guiarse más por la razón o por la intuición: un 78% de ellas (y algunos ellos, que también tenemos unos cuantos por aquí y muy bienvenidos) dijeron guiarse mayormente por la intuición.
Esta coincidencia de 8 de cada 10 no puede resultarme más curiosa: algunos estudios indican que solo el 20% de la materia gris de nuestro cerebro está dedicada a los pensamientos conscientes. Todo lo demás, el enorme 80% restante, cae en la categoría de lo que llamamos inconsciente, o para el caso que nos ocupa, lo intuitivo.
En el fondo sabemos, aunque no entendamos por qué
Tomamos decisiones basadas en la intuición cuando sabemos algo sin saber cómo.
Por ejemplo, conocemos a alguien que instantáneamente nos hace sentirnos incómodas, y pese a la evidencia (parece una persona encantadora y todo apunta a que ese es el caso), nadie nos quita esa sensación de encima: nos sudan algo las palmas, sentimos un extraño movimiento de estómago, los músculos del cuello se nos tensan ligeramente. Algo no nos gusta, algo no está bien. Es la intuición la que habla.
La intuición está directamente relacionada con ese 80% de información de nuestro cerebro que no está a la mano a la hora de tomar una decisión, lo que no quiere decir que no sea información con una validez importante.
Piensa que nuestra mente dispone de una capacidad muy limitada en lo que se refiere a lo consciente: una no puede acceder a todo el material que hemos registrado durante cada minuto de nuestra vida de un plumazo, y no solo eso, sino que la mayoría de lo que nuestros sentidos han registrado en algún momento no ha caído dentro de nuestro foco de atención: es material al que no hemos atendido directamente (piensa en todo lo que está ocurriendo a tu alrededor mientras lees esta entrada), lo que no quiere decir que no esté siendo registrado por tus sentidos.
Todo esto indica que, a la hora de tomar una decisión, hay mucho material inconsciente que interviene en la ecuación sin que, valga la redundancia, seamos conscientes de que ese es el caso.
¿Quiere esto decir que es mejor tomar cada una de nuestras decisiones vitales basadas en tu intuición y no en valoraciones conscientes? Desde luego que no. Pero tradicionalmente nuestra sociedad ha concedido mucho más valor a la razón que a la intuición, y esta entrada no es más que una llamada al equilibrio: recuperemos nuestra conexión con esa voz que sabe lo que necesitamos mucho antes de lo que lo hace nuestra parte más consciente.
A las mujeres se las enseña a no escuchar su voz
Durante buena parte de mi carrera como psicóloga he trabajado con mujeres que han sido víctimas de algún tipo de abuso y la experiencia me enseña que lo primero que aprenden es justo a perder el contacto con su intuición: dejan de confiar en su voz, dejan de creer que lo que les dice el instinto pueda servir para algo y ahí comienza una catástrofe tras otra.
A las mujeres, incluso a las más privilegiadas, se las enseña a no escuchar su voz. Se les dice que están siendo difíciles si algo no les agrada, inestables si algo las hace sentir triste. Cualquier expresión de preocupación en cualquier ámbito acaba por ser culpa de las malditas hormonas, de manera que una aprende siempre a culparse a sí misma cada vez que esa vocecita habla y dice que algo no funciona, en lugar de hacer lo que tendríamos que haber hecho desde el principio: mandar a callar a todos para darle volumen a lo que tenemos dentro.
Recuerda: Nadie sabe mejor que tú qué es lo mejor para ti en cada momento. Y esto que suena tan sencillo nos sigue costando un mundo.
«La intuición es una facultad espiritual y no explica el camino, sino que sencillamente lo señala». Florence Scovel Shinn (1871-1940) Escritora americana.
¿Y si mi intuición se equivoca?
Ya imagináis que matemáticas y psicología son ciencias muy diferentes. De la misma manera que el comportamiento humano es impredecible, así lo es la vida y ciertas consecuencias.
Todas podemos recordar al menos una ocasión en la que la intuición nos la ha jugado: aquella vez en la que estuvimos segurísimas de que esa iba a ser la persona, quien al final resultó ser poco más que un o una psicópata; momentos en los que tomamos una decisión importante movidas por el impulso de la intuición que luego convirtió nuestra vida en pesadilla.
Estas son precisamente las experiencias que refuerzan la idea de que no debemos confiar en nuestra intuición. Pero ¿acaso significa eso que debamos dejar de escucharla?
De igual manera que seguimos comiendo cada día a pesar de aquel dichoso día en que nos intoxicamos —aquel plato estaba tan rico, cómo podíamos saberlo—, no desconectamos por completo de nuestra intuición solo porque nos haya jugado alguna mala pasada. Reevaluamos, nos sacudimos el polvo y volvemos a sintonizar.
Muchas de las decisiones que hemos tomado de manera completamente racional nos han llevado también a un destino inesperado: las cosas han salido mal, han entrado en la ecuación variables incontrolables y hemos acabado sin entender por qué, si lo habíamos tenido todo en cuenta, nos hemos equivocado.
La flexibilidad mental y el equilibrio son tus mejores aliados. Ni todo es blanco ni todo es negro: debemos aprender a evaluar con la cabeza sin dejar de escuchar lo que nos dicen las entrañas.
Cómo conectar con tu intuición: 5 técnicas infalibles
Hay ciertas técnicas y determinados hábitos que nos ayudan a restablecer ese equilibrio del que hemos hablado.
- Sueña despierta con lo que quieres conseguir para ti en tu vida, así podrás identificar qué te importa y qué no, y esto se convertirá en material más accesible a la hora de tomar decisiones importantes. Cuando llegue el momento, nos será más sencillo recordar qué está en consonancia con aquello que perseguimos y qué nos aleja de nuestros objetivos y valores.
- Presta atención a las reacciones de tu cuerpo ante determinadas situaciones o personas: tu cuerpo habla alto y claro, no dejes nunca de escucharlo.
- Medita: encontrarás pensamientos recurrentes de los que quizá no habías sido consciente antes. Escúchalos, presta atención a lo que te tienen que decir. ¿Va tu vida en la dirección que quieres que lo haga? ¿Trabajas sistemáticamente en acercarte a tus sueños, o por el contrario estás tomando caminos que no hacen más que alejarte?
- La pista de la procrastinación: Llevas meses posponiendo algo y cada vez que te sientas a hacerlo, vuelves a encontrar una excusa. Antes de ponerte el cartelito de vaga y sacar esa vara que tanto parece gustarnos, para y piensa: ¿estás posponiendo ese algo por pura vagancia o esconde quizá algo más? Quizá no lo haces porque no quieres hacerlo: porque te aleja de tus valores, porque no hacerlo es la decisión correcta, porque ha llegado el momento de dejar ir.
- Deja de rellenar cada minuto libre de tu calendario: A veces, una vez en cada tanto, tenemos diez minutos libres para no hacer nada. En lugar de saltar a la siguiente lista de tu agenda, siéntate en esos momentos y pregúntate, ¿qué debería hacer ahora? La espontaneidad te pone en contacto con tu intuición, de la misma manera que la planificación excesiva te aleja.
- Y una extra: CONÓCETE. Dedica recursos, tiempo y cariño a hacerlo, si lo piensas bien, esta es la tarea más importante de tu vida. Al fin y al cabo, una vez sabes quién eres, siempre sabes qué hacer.
Te lo dije en el título de esta entrada y ahora lo repito: en realidad sabes lo que crees que no sabes.
Así que para, escucha y sintoniza: esa vocecita tuya tiene mucho que decirte si la sabes escuchar como se merece.
Con amor,
MF
Genial entrada, como siempre!! Y enhorabuena por haberte dado cuenta y ser capaz de reconocer que algo no iba por el camino correcto… Sí es cierto que la intuición, a veces quizá mal llamada impulsividad, es una cualidad importante. En mi vida ha definido mi carácter en gran medida, y aunque a veces los demás o yo misma relacione un comportamiento impulsivo o guiado por la intuición como algo imprudente o inconsciente (que por lo que explicas realmente lo es, pero no de una forma negativa), probablemente es precisamente lo que te hace ser tú mismo. Ahora llevo una temporada que por miedos he dejado a mi intuición un poco más de lado, cayendo en lo que mencionas de depender de la opinión de otros y la procastinación. Así que haré más lo que recomiendas, pararme a escucharme y permitirme buscar cuáles son mis sueños para poder ir con todas a por ellos!!
Gracias por tus palabras inspiradoras.
Hola, María.
Por lo que dices, encajas muy bien en justo lo que dice el título: “en realidad sabes lo que crees que no sabes”. Todas, por un motivo u otro, nos apartamos de cuando en cuando de nuestra intuición, pero como en todo, reconocerlo, parar y reconectar puede cambiarle el curso a todo.
Me ha gustado mucho el link que encuentras entre impulsividad e intuición, nunca lo había visto así y me parece un muy buen punto para tener en cuenta.
Un abrazo y gracias por estar aquí,
MF
¡Muy buenas las 5 técnicas!
Me gusto mucho este artículo, realmente es increíble como reacciona el cuerpo ante situaciones y personas que no nos suman sino que nos alejan de nuestros sueños. Llegué aquí por una tirada de tarot en la cual preguntaba como desbloquearme en el ámbito laboral y me salió como carta consejo la sacerdotisa que justamente refleja la intuición femenina, y me sirvió mucho tus palabras. Muchas gracias. saludos
Hola, Macarena.
Me inquieta el link entre la tarotista y esta web, pero sea como sea: bienvenida.
Te animo a que te apuntes a la newsletter para que no te pierdas nada y pueda seguir enviándote consejos como este.
Un abrazo,
MF
Muy interesante fantástico tus comentarios apreciaciones me ha gustado muchísimo porque estoy totalmente de acuerdo contigo dado que yo soy una mujer súper intuitiva y es cierto que si no escuchas tu vocecita luego dices jo pero si lo tenía super claro te mando saluditos Ángela
Qué alegría, Ángela, sentirte tan conectada con tu intuición. Pienso que es una herramienta poderosísima, que con frecuencia denostamos por no entender del todo cómo funciona.
Un abrazo grande,
MF
Fantástico
Mil gracias, Ángela.
Abrazo grande,
MF
Para mí la intuición es como un conocimiento que nos llega de un lugar que está dentro de todos nosotros, pero no es resultado del razonamiento. Viene antes de dicho razonamiento, el problema es que como siempre necesitamos explicarlo todo, no solemos confiar en él, porque no podemos explicar cómo nos llega, pero siempre es lo correcto.
Las explicaciones suelen venir más tarde y es cuando nos damos cuenta de que siempre estuvo bien. Aunque a menudo llega demasiado tarde, después de que hemos actuado sin tener en cuenta nuestra intuición porque tenemos miedo de confiar en él.
Sería mejor correr el riesgo siempre, actuar según nuestra intuición y ver qué pasa. De esa manera aprenderíamos a confiar en él o al menos aprenderíamos a separarla de nuestros pensamientos racionales.
Un saludo.
hola mi nombre es Erick y me encanto este artículo, me gustaría compartir una experiencia muy peculiar y es que en algún momento de mi vida tuve la experiencia de asistir a una ceremonia de ayahuasca, una medicina espiritual que se ha hecho muy popular en estos tiempos y he llegado a la conclusión personal de que esa medicina hace que te asomes a tu interior y lo que hace es remarcarte tu intuición, te hace expandir tu visión hacia tu interior y lo que hace es agrandar tu visión hacia aquello que ya sabes que es tu camino sin duda tiene que ver mucho con la intuición, muchas gracias me encanto.
Me alegra haber leído estas palabras porqué me da tranquilidad pensar que no soy la única que piensa así.
Soy una persona muy intuitiva y nuchas veces me hace sufrir no entender porque tomo algunas decisiones que si las racionalizo no tienen sentido o no son las más apropiadas. Aunque luego, con el tiempo veo que ha sido lo correcto.
Ahora estoy en el punto de tomar decisiones por la intuición sin saber donde me van a llevar e intento confiar, aunque a veces me da miedo equivocarme. Para mi es duro pasar por esta etapa hasta que no llego a entender el porqué de la decisión.