
Sobre María Fornet
Cuenta mi madre que dije «ajo» por primera vez con solo once días. Cuenta, además, que ese primer «ajo» fue pronunciado con absoluta intencionalidad comunicativa. Ella aún atribuye a aquel temprano talento conversacional el resto de mi carrera artística.
Lo único que sé es que tras aquel «ajo» no volví a callar. Comencé a rellenar diarios con seis años y crecí para construir una vida de verdadera incontinencia creativa, y aun con esas, no me puse a escribir mi primera novela hasta bien pasada la treintena.
Lo cierto es que yo no conocía a ninguna escritora que viviera de sus libros. Claro, conocía a mujeres que tenían diarios, como los tenía yo —esos lugares en los que se hablaba de esa vida soñada que no se atreverían a compartir con nadie nunca, por miedo a que les llamaran tontas o, peor, ilusas—, pero a nadie que pagara la luz con las historias que salían de su cabeza.
Supongo que, por eso, tras leer los Renglones torcidos de Dios a los diecisiete años, decidí que lo mío sería la psicología y no los libros. Estudié, me formé lo mejor que supe, trabajé con miles de clientas desde la disciplina del Coaching Psychology y me senté a escribir mis ensayos, Feminismo terapéutico, primero, y más tarde la continuación natural de aquel trabajo, Una mansión propia.
En medio viví siete años en Londres, en medio me casé con Gonzalo, en medio creé mi Universo Santaurora, en medio tuve dos hijos —Santiago, Rodrigo— y un perrito —Bubú; en medio monté un proyecto empresarial de éxito que más tarde dejé.
En julio de 2023 tomé la decisión más arriesgada de mi vida: iba a jubilarme como psicóloga para entregarme de lleno a la industria del showbiz. A partir de ese momento en adelante, dedicaría mi vida a todo lo relacionado con la escritura: escribir, claro, pero también dar charlas, perseguir traducciones, tratar de saltar a la gran pantalla y promocionar con fiereza mis escritos.
En estas seguimos: puedes encontrarme en Málaga siempre inventando, con mis dos niños de la mano, con Bubú ladrando a cualquier desconocido y corriendo con mi marido porque lleguemos a tiempo a la hora de los baños, robándole siempre minutos al día para tumbarnos juntos a ver algo en Netflix, aunque solo sea por un rato.
Te tengo al día en mi newsletter, donde puedes apuntarte aquí abajo.