Ya sabes lo que dicen: nadie es profeta en su tierra. Pero siempre puede uno triunfar en el extranjero.
Quizá, como me pasó a mí, empiezas a plantear la opción de hacer las maletas y probar suerte saltando los muros de la tierra patria. Tal vez aún estés en la etapa de la fantasía informe o puede que hayas comenzado a dar rienda suelta a la imaginación y mudarte haya dejado de ser una opción abstracta a la que solo se atreven otros.
En cualquiera de los dos casos, este artículo puede interesarte.
Corría Enero de 2012. Encender la televisión en casa y ver el debate del Congreso de los Diputados poco más que nos fundía los plomos sin remedio. Yo acababa de presentarme a una oposición imposible en la que no había sacado plaza y me enfrentaba al tedio de repetir mi año con la motivación bajo mínimos. Los últimos recortes (o los que yo creía serían los últimos entonces) empezaban a presentar una España estéril y la capacidad de recuperación prometía ser lenta.
Mi vena aventurera trotamundos se resumía, os lo juro, a un par de libros de Julio Verne robados de la repisa de mi hermano mayor. Hasta ahí me llegaban a mí las ansias de conocer mundo.
Pero algo cambió. Me aburrí, me desesperé, me harté, o quizá me asusté. Mi profesión me ofrecía pocas vías, y ninguna me entusiasmaba. Había llegado a lo que algunos llaman una crisis existencial.
Conocía el caso de algunos que ya habían emigrado antes que yo. Unos habían vuelto a España con el rabo entre las piernas y las orejas gachas, otros felices con la experiencia: al fin y al cabo, el éxito es un concepto relativo (como ya comentamos aquí). Pero recuerdo con claridad un par de casos que se acercaban bastante a lo que yo entendía por éxito. Un par de casos a los que me agarraría mentalmente en mis primeros meses y algo más de mi aventura londinense.
Hace ya cuatro años que nos mudamos. No todo ha sido un camino de rosas, esa es la realidad. Empecé mi andadura con un empleo precario y un inglés del todo rudimentario. Triunfar es un concepto muy subjetivo, pero si me preguntas, yo siento que he triunfado: excedí con creces las metas que me propuse, he aprendido el idioma, trabajo en lo que más me gusta y he hecho de Londres mi casa. No te digo que no me levante cruzada muchos días, que tenga muchas metas nuevas por cumplir o que haya días en los que no sé ni por qué he salido de la cama, pero en general no me quejo.
Así que durante estos 4 años he aprendido alguna cosa. Alguna cosa que pienso que agradecerás saber de antemano si quieres triunfar en el extranjero.
En particular, hay cinco puntos que considero fundamentales.
5 puntos para triunfar en el extranjero:
No hay manos amigas de sobra
Si conoces a alguien que emigró antes de ti y puede acogerte en su casa uno o dos meses, te ahorrarás muchos disgustos. Yo tuve a mi hermana y mi cuñado que no solo nos acogieron sino que nos protegieron y nos sirvieron de guías durante el camino. Pero recordad que, por más que os ayuden, el camino solo lo podréis andar vosotros. Si no es vuestro caso, cualquier ayuda la tendréis por bienvenida: gente con la que poder quedar al principio, aunque sea para un café, para que os introduzcan en ciertas costumbres, para recordaros que no estáis solos.
Haz de tu nuevo país tu casa
La gente, la cultura, el idioma. Hay mucha gente que viene y no hace otra cosa que criticar la forma de vida, el carácter, la comida. No es que crea que así uno no triunfa en el extranjero, que lo pienso, es que creo que no es manera de comportarse. Trata de hacerte al nuevo sitio, pon interés en su cultura, respétala.
Date tiempo
A mí me llevó más de año y medio trabajar en lo que yo quería. Durante ese año y medio tuve un trabajo malo tirando a regular que combiné con prácticas y voluntariados. A ratos pensé que me había vuelto loca dejándolo todo para mudarme al extranjero. A ratos creí que jamás lo conseguiría. Pero perseveré. Ten paciencia, es fundamental para triunfar en el extranjero.
No te acomodes
En ocasiones es necesario reajustar las metas, sobre todo cuando estas eran excesivas o irrealistas. Pero una cosa es eso y otra es cansarse, recostarse en el sofá y quejarse de lo mucho que cuesta conseguir un puesto decente en determinados campos. Y lo cierto es que es mejor que lo sepas: cuesta mucho (mucho-mucho) conseguir un puesto decente en determinados campos. Pero si es lo que quieres, y si tienes lo que hay que tener, lo vas a conseguir. No te conformes con menos.
Fórmate
Valida tu formación en el país de acogida, estudia las opciones del país nuevo. Si te ocurre como a mí, encontrarás que el abanico de oportunidades en tu campo se abre como las plumas de un pavo real en celo. En mi caso he hecho más de seis cursos certificados desde que llegué, y otros cuantos sin certificar. Justo hoy me he apuntado a otros dos. Esto no es necesario para triunfar en el extranjero, pero realmente tampoco sobra. Estudiar te ayuda a mejorar el idioma y también a enfrentarte a formas diferentes de entender el conocimiento, de adquirirlo y de evaluarlo. No sé cómo será en otros países, pero los ingleses agradecen que, en tu currículum, demuestres que tomas en serio su sistema educativo.
Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra. Bernard Shaw.
Y una cosa más, si resulta que no funciona, pues no funciona. Todo camino es de ida y vuelta y a veces los planes no están condenados a triunfar. Sigue moviéndote, busca alternativas, lo que no funcionó aquí podría funcionar en otro lado.
Y tú, ¿te atreves? ¿Quieres saber cómo te puedo ayudar con esto? ¿Estás pensando en dar el salto? ¿Te has planteado alguna vez mudarte y probar suerte en otro sitio? ¿Conoces casos de éxitos que te motivan? O por el contrario, ¿conoces ya a demasiada gente que ha vuelto sin conseguir lo que buscaba? ¿Lo intentaste ya quizá pero no resultó lo que esperabas?
Con amor,
MF
Muy bueno ,gracias
Gracias a ti por pasar
Muy bueno tu consejo ya que soy venezolano y tengo pensado emigrar a España es importante tomar en cuenta esto consejos
Gracias por las frases motivacionales. Soy argentino y he dejado todo en mí pais natal. Llevo casi tres meses con mí esposa en Francia y no es nada fácil, pero como buenos Argentinos tenemos el espíritu y el concepto del esfuerzo tan arraigado por lo difícil que es vivir en una Argentina sin rumbo y económicamente pérdida. Somos profesionales. Yo arquitecto autónomo y mí esposa dentista autónoma. Hoy trabajo como constructor 12 hs diarias con mí espalda molida y mí esposa en mesara en un bar. Ambos sabemos que pronto llegará ese día en que contemos como llegamos aquí sentados desde nuestras oficinas y diciendo por fin… Lo logramos!