Crear buenos personajes no es solo cuestión de buenas intenciones, tampoco es cuestión únicamente de tener una imaginación jugosa o un título de licenciado en psicología colgado de vuestra pared —y de ello doy fe—. Si quieres saber 5 cosas importantes que son importantes a la hora de crear buenos personajes, no te pierdas esta entrada.
Ya sabéis, y si no sabéis yo os lo cuento, que me encuentro al inicio de mi tercera novela. Mi empeño hoy es, como en toda esta sección de la web, ofreceros un recurso que será útil sobre todo para aquellos que empezáis, con el que también vosotros podáis montar una buena historia. O mejor, corrijo: lo que a mí me parece una buena historia. Porque no, en mi web no vais a encontrar humo. Lo que aquí os cuento no son más que experiencias propias, vivencias, cosas que a mí me han servido y me están funcionando, y en ese sentido pienso que te pueden funcionar también a ti. Pero antes de que sigas leyendo, te lo confirmo: si en lugar de esto quieres hacer justo lo contrario, bien también. Lo que a ti te funcione.
Como os decía, he comenzado a escribir la tercera novela. Voy por el tercer capítulo, y eso significa que ya he pasado por una serie de pasos que he ido compartiendo contigo: la búsqueda de una idea y la creación de la escaleta. Ya estamos en ese punto: sabemos lo que vamos a escribir, conocemos nuestro argumento y más o menos el tipo de cosas que van a ocurrir en cada capítulo. Lo lógico, antes de la escaleta, es que tengamos creados los personajes, o si al menos no los tenemos creado del todo (lo que haremos entonces justo ahora), deben estar medianamente perfilados. Una vez decidido lo fundamental, nos ponemos manos a la obra.
Consideraciones importantes para crear buenos personajes:
1. La gente real no es blanca o negra
En el mundo real, uno conoce a muy poca gente que entre en la categoría de «siempre buena» o «siempre mala», o «siempre cabezota», «siempre generosa». La realidad es que, aunque tenemos cualidades que son cardinales en nuestra personalidad, aquellas características que no lo son tanto son muy reactivas a las circunstancias en las que el personaje se encuentra. Es importante que los personajes, en ese sentido, sean permeables al entorno en el que los situamos. Piensa que, además, de ahí saldrán muy buenos conflictos.
2. Los personajes secundarios no necesitan la misma dimensionalidad que los primarios
Cuando me preguntan quién es mi personaje favorito de mi novela Azul Capitana, siempre lo tengo claro: es Matilde. Los que la habéis leído, ya lo sabéis:aunque un personaje secundario, es un personaje con mucho peso. Para mí es un personaje lleno de simbolismos, de claroscuros, y durante toda la novela luché con mis ansias de compartir más y más detalles de su historia, de abrumaros con detalles. Pero es importante mantener un justo equilibrio entre los personajes que ponemos bajo el foco (es decir, los principales) y aquellos que no. Y esto nos lleva al siguiente punto.
3. El autor debe saber mucho más del personaje de lo que acaba contando en la historia
Este punto es fundamental. Creo que los autores noveles caemos mucho en la trampa de tratar de demostrar lo mucho que sabemos sobre un personaje, a veces sobre un tema concreto, y lo cierto es que acabamos por desequilibrar por completo la delicada homeostasis que necesita una historia para su supervivencia. A veces, y cada vez creo más en esto —no solo para la literatura, para la vida en general—: menos es más.
4. Las fichas de personajes son un recurso muy útil para no cometer fallos en las descripciones
En este sentido y siguiendo en la línea de lo que arriba decía, uno necesita tener una imagen muy clara de quién es su personaje para que todo en él sea coherente. Y coherente no implica consistente, es decir, un personaje para el que la generosidad es cardinal no necesita ser generoso durante toda la novela. Va a depender de las circunstancias, va a depender de su historia previa, del comportamiento del resto de los personajes (ya os lo avisaba arriba: de aquí pueden surgir conflictos muy interesantes).
Las fichas de personajes consisten en documentos en los que archivamos todo lo concerniente a un personaje concreto. Por ejemplo: edad, aspecto físico —yo personalmente necesito una foto para cada personaje—, motivaciones, nivel social, educacional, económico. Miedos, manías, tics, gustos, historia previa y conflicto. Ya os imagináis que aquí os podéis extender tanto como queráis (un olor, una canción asociada, un cuadro); en mi caso, trato de crear lo básico, me encanta ver cómo después los personajes despegan y en un golpe de estado —que suele ocurrir tras el primer tercio— toman el mando de mi historia.
5. Los detalles son los que le dan el color a tu historia
Cada género tiene sus arquetipos y, en ese sentido, a veces nos da la sensación de que no hacemos otra cosa que repetir. Pero la diferencia está siempre —siempre— en los detalles: miedos, manías, tics, gustos, historia previa, traumas y conflictos. Nombres, edades, detalles insignificantes que nunca lo son, gestos definitorios con las manos, con el pelo, en su forma de andar, en el tono de su voz. Algo. Algo que añades o quitas del arquetipo y crea un personaje completamente nuevo, que al mezclarlo con otro personaje totalmente nuevo ya imaginas lo que crea: una nueva historia. Recordad lo que antes dijimos: tú necesitas saberlos todos, pero no el lector. Elige bien qué cuentas y en qué momento, supongo que ahí está el quid de la cuestión.
Y aquí acabamos por hoy. Podemos hablar otro día de la psicología de los personajes, podemos ampliar el concepto de fichas o incluso hablar de los conflictos pero, por hoy, como os decía, ya acabamos. Dejo la web y me vuelvo a la literatura, a terminar de perfilar el capítulo tres de mi nueva novela, a pelearme con mis nuevos personajes y sus tramas.
Cuéntame tú, ¿cómo haces para crear personajes memorables?, ¿cómo te las avías para que tus personajes sean realistas y creíbles? ¡Compártelo con nosotros!
Con amor,
MF
Buen artículo. Al final los personajes son como las personas: singulares y llenas de contradicciones. 😉
Muchas gracias por pasar, ¡un abrazo!
MF