Soy una estudiante terrible. Soy perezosa y confío ciegamente en la ley del mínimo esfuerzo. O, para que quede más bonito, creo en aplicar el esfuerzo necesario, y no más, en hacer las cosas. No me entendáis mal, a veces el esfuerzo necesario es un montón, pero otras veces no lo es.
Hace unos años tomamos la decisión (kamikaze, ahora vista con más perspectiva) de mudarnos a Inglaterra. Mi inglés era poco menos que precario, y venía con una licenciatura bajo el brazo que no me iba a poner las cosas fáciles. Si quería tener algo de contacto con mi campo, la Salud Mental, en los siguientes veinticinco años de vida, me tenía que poner las pilas con el inglés rápido, muy rápido.
Hay quien aprende yendo a clases. Hay quien lo hace viendo vídeos. Hay quien necesita subrayar, resumir, esquematizar. Los hay que no pueden aprender desde casa, o los que se pierden cuando el profesor habla. Cada uno aprende de una forma diferente, eso es un hecho. Yo aprendo leyendo. Y cuando mejor aprendo es disfrutando.
Uno, al leer, no solo aprende vocabulario de forma medianamente implícita, es mucho más que eso. Uno aprende (y aprehende) las reglas del nuevo idioma sin poner atención consciente en ello: la gramática, la ortografía, los tiempos verbales e incluso la cultura, que de alguna forma trasciende al texto.
Os confieso que, cuando leo en inglés, leo cosas muy diferentes a cuando lo hago en español. Mis exigencias bajan en cuanto a calidad o complejidad, pero aumentan para otras cosas: necesito libros que enganchen y mucho, que me mantengan la motivación despierta de la primera a la última página.
Si queréis aprender inglés este verano, aquí van mis cinco propuestas:
1. Before I go to sleep
Con la versión cinematográfica recientemente protagonizada por Nicole Kidman, Before I Go To Sleep
es un thriller psicológico de esos que no te dejan destensar las tripas desde la primera línea a la última.
Nuestra protagonista, Christine, sufre una rara forma de amnesia que la deja incapaz de almacenar recuerdos de los que echar mano de un día para otro. Su memoria se resetea cruelmente cada noche al irse a dormir, de manera que cada mañana vuelve al mundo sin saber nada de él, lo que la convierte en el objetivo perfecto de todo aquel que quiera hacerle daño.
2. Killing Cupid
Killing cupid hubiera pasado para mí desapercibida si solo hubiera leído su argumento en la contraportada. Chico conoce a chica, chica conoce a chico y lo demás nos lo imaginamos todos. Pero hacedme caso si os digo que esta novela tiene un algo muy especial y nada convencional: la evolución de los personajes a lo largo de la historia es poco más que la bomba. Es divertida, diferente, adictiva, inesperada y muy fresca. Cien por cien recomendable.
Un libro genial para aprender inglés sin poner ningún esfuerzo.
3. The Magpies
Yo que soy muy fiel a mis autores, el día en que me topé con otra novela Mark Edwards, no dudé en apostar por ella. Killing Cupid había dejado el listón alto, y si me preguntáis yo diría que de hecho es mejor, pero The Magpies cumplió con creces con mis expectativas. El libro tiene casi 4,000 críticas en Amazon, con eso lo digo todo.
Una pareja londinense se muda a su nuevo hogar, el piso de sus sueños. Todo es jauja hasta que cosas muy raras empiezan a pasar. Y ya no digo más.
4. Looking for Alaska
Yo creo que a John Green se lo puede leer por capas, algo así como las películas familiares, que los niños pueden ver pero solo los adultos ven del todo. Looking for Alaska es una novela bonita, en la que a través de la vida de un chico de dieciséis años el autor reflexiona sobre los grandes temas: los primeros besos, el sexo, el alcohol y las drogas, y aún más, incluso sobre la muerte. Creo que es una novela perfecta con la que practicar tu inglés porque es muy sencilla de leer y porque es bonita. Suena simple, suena a poco, pero no lo es. Escribir sencillo y bonito es difícil, no es fácil.
La disfruté de su primera palabra a la última, y no debo de ser yo la única a juzgar por la legión de fans que tiene este autor.
5. Brain on fire: My month of madness
Y esta la dejo aquí para los que quieran flipar un poco. La autora, una periodista del New York Post con una trayectoria profesional de infarto, cuenta su historia personal de cómo, de un día para otro, perdió por completo el control de su mente primero y de su cuerpo después. Por completo no es una expresión al azar, con ella quiero decir exactamente eso: por completo. My brain on fire es una historia que no te dejará indiferente. Quizá, de los cinco best sellers que propongo en esta entrada, este es el que requiere de un inglés más avanzado, pero nada que no solucione el diccionario del kindle y una dosis extra de paciencia.
Y si tu inglés es más básico, pero aún te apetece hacer con él tus primeros pinitos, y disfrutar del
sueño de pasear por Londres, de leer alguna frase en inglés colada en el texto y de introducirte en la cultura británica a través de los ojos de una española, Elisa, entonces tu libro es Un nudo tras otro. O si no queréis aprender inglés, y buscáis una novela con la que pasar un buen rato, entonces también. O si… y ya paro. Me lo tenéis que perdonar, no me he podido aguantar 🙂
Y vosotros , ¿planeáis mejorar vuestro inglés durante el verano?
Con amor,
MF
Hola María! Ya sabes que yo no le hago ascos a cualquier lectura y de hecho me gustan los citados. Pero permiteme que te diga que hay otra forma para aprender inglés disfrutando igual o más… Con mi marido. Jajaja. Claro que tu solución es más asequible para quien no tenga una pareja oriunda de Epsom.
Un saludo
Hola María,
Desde luego que tu opción pinta mucho mejor: lo que uno no aprenda enamorado… 🙂
Si te gusta leer en inglés, te recomiendo mucho la primera.
Un abrazo María!