El problema es que crees que tienes tiempo. No solo os lo dice Buda, también os lo digo yo. Y bajo esta premisa se cometen las peores fechorías, o peor, se dejan de perseguir los sueños con la intensidad que merecerían —o que merecerías tú, y es que al fin y al cabo te debes al menos eso—. Y todo por la maldita idea de que tenemos tiempo, pero igual no es cierto y un día os morís y no habéis leído esto y no me da tiempo a salvaros como me pienso salvar a mí. Entrad, que os explico por qué.
Esta semana se hizo viral la carta que una escritora estadounidense escribía sobre su marido en su lecho de muerte. En esta carta, que tenía por título: «Deberías casarte con mi esposo», trataba de asegurarse de dejar a su marido en buenas manos antes de que el cáncer de ovarios acabara con sus últimos días.
A pesar de lo lacrimógeno del asunto, su tono no transmitía tristeza ni enfado. Aquello ya llamó mi atención. Más allá de lo que uno podría imaginar que se debe de sentir en la cercanía a la muerte, ella despejaba toda duda dejándolo bien claro: «Más». Eso es lo que le pedía a la vida, es lo único que seguía necesitando. Más tiempo con su marido y sus hijos, más tiempo para viajar con su madre, para acudir a aquel retiro de escritores al que siempre había querido acudir, para disfrutar, reír, escribir, bailar.
No he parado de darle vueltas esta semana y es que, pensadlo, no es para menos. «Más». La de veces que postergamos cosas porque pensamos que aún hay tiempo para hacerlas, que ya las haremos en otro momento, que aún no estamos preparados, que nos sentimos inseguros, que ya cumpliremos nuestros sueños cuando tengamos más formación, mejores ideas, más dinero, menos culo, más carisma —lo de menos culo es real: Mujeres, no necesitamos menos kilos para perseguir nuestros sueños, no sé ni por qué aún tenemos que seguir explicitando esto que deberíamos tener ya más que masticado—. Más tiempo.
Imaginad el epitafio: «Aquí yace María. Nunca molestó a nadie». Me río, pero me río del miedo, porque es de veras terrorífico vivir la vida sin levantar la voz, sin perseguir los sueños con todo lo que haga falta —todo, las medias tintas son para los que creen que tienen tiempo—. Y todo por vergüenza, por no querer salir del molde, por pensar equivocadamente que este tipo de ideas son para otros y no para nosotros mismos —otros con más formación, más carisma, mejores ideas, y sí, también, menos culo—, que ellos deben estar hechos de otra pasta, que al fin y al cabo mejor no exponernos a ciertas críticas, que no debemos asumir determinados riesgos, y podría seguir y seguir con esta lista interminable de limitaciones, pero pienso que nos hacemos una idea de lo que nos traemos entre manos.
El caso es que pensé que esto debía ser de lo que os hablase esta semana y así con suerte, al salvarme a mí, lanzaba también un salvavidas para los que os estáis ahogando. Que cuando llegue el día siento que todos vamos a pedir más, así que mejor cumplir con lo imprescindible pronto, no dejar pasar ni medio minuto, porque por más que lo creáis y que a mí también me guste creerlo, no es verdad, y lo sabéis, y yo lo sé, lo sabemos todos, porque la única verdad es esta: Que pensamos que tenemos tiempo. Aunque en realidad no lo tengamos.
Con amor,
MF.
Excelente; gracias
A ti, Marcelo 🙂
A mi entender, la problemática que plantea Buda nada tiene que ver con tachar metas/sueños/logros de una lista ideal. El problema en sí radica en no TENER tiempo. Somos usuarios de un envase que manifiesta su existencia mediante eso que llamamos tiempo (concepto polémico si los hay en filosofía y física). La idea de poseer algo intangible, siguiendo una estúpida lógica de mercado con la vaga ilusión de creer realizarse en esta vida, no condice con las enseñanzas del maestro.
Algunas sugerencias:
Intenta definir tiempo.
Pensá como consumirlo
Pensá si realmente lo usas para vos o como finalidad de otro (ej. trabajo)
Éxitos en tus cosas.
Un abrazo!
La verdad es que acabo de leer este post y no hay por dónde cogerlo 🙂
Hace un millón de años que lo escribí, es lo que tiene internet, esto de la huella digital es bastante literal.
Aun con eso y con todo, te diría que:
1. No es un post que teorice sobre las enseñanzas de Buda. Comienza con una frase que me resultó interesante para llevarla a una orilla mucho menos densa que la de la filosofía.
2. No puedo estar de acuerdo con que la noción de no tener tiempo no tenga algo que ver con el aprovechamiento del mismo. El tiempo, como concepto aislado, es nada: es la idea de con qué lo llenamos que lo hace interesante. Ahí entran los sueños, las pasiones, los valores.
Me encantan tus sugerencias, gracias por dejarlas por aquí.
Abrazo grande,
MF