Aprender a escribir más y mejor es una meta que compartimos todos aquellos que necesitamos de las palabras como medio de vida, aunque no somos solo los escritores, periodistas, redactores o blogueros los que nos beneficiamos de su práctica. Ya sea para mejorar tu rendimiento académico, o para hacer más efectiva tu comunicación interna dentro de tu empresa, o sea este el caso, para convertirte en un mejor escritor del que ya eres, a todos nos beneficia irremediablemente el tratar de hacer de nuestra escritura un producto de mejor calidad.
Ya os he contado alguna vez que yo escribo desde que era muy pequeña. Mi caso no es el de muchos: yo no empecé escribiendo ficción hasta entrados los treinta (¡y cuánto me apena no haberlo hecho antes!). Pero no quiere decir eso que yo antes no escribiera: lo hacía y mucho. No había mejor regalo que hacerme que el de un cuaderno o un bolígrafo nuevo. Los gastaba todos, de principio a fin. Escribía todo lo que me cruzaba la mente, lo que me molestaba o me gustaba, lo que significaba algo para mí. Es por eso que, cuando llegó la hora de escribir ficción, yo ya tenía una base medianamente sólida sobre la que construir.
Quizá tu caso es distinto. Quizá escribir te alivia, pero no encuentras el tiempo o quizá la forma en la que te gustaría expresarte dista mucho de la manera en la que en realidad lo haces. Sea cual sea tu caso, y esté tu base al nivel que esté, estos tres sencillos trucos para aprender a escribir más y mejor:
Empieza con metas cortas desde donde estés:
Tanto si nunca has escrito como si ya lo haces de manera profesional, puedes mejorar. Todos podemos mejorar algo, y casi todos podemos mejorar mucho. Conocer el nivel del que partes te ayudará a ver con ojos críticos tu progresión y a encontrar soluciones a problemas concretos. Por ejemplo, si nunca antes has tratado de escribir, quizá no sea la mejor idea empezar con una meta de mil palabras al día. Mil palabras al día es la meta que autores como el famoso Stephen King con su Mientras escribo proponen para cumplir con los objetivos de escritura. En mi caso nunca bajo de las quinientas, aunque hay días que desconecto, y al menos un par de veces por semana escribo al menos dos mil.
Estés donde estés, prueba a empezar poco a poco y a ir aumentando cada semana.
Aprende a leer como un escritor:
Para aprender a escribir más y mejor, aprender a leer como un escritor es parte fundamental del proceso. La lectura como lector es, en todo, un proceso mucho más pasivo que el proceso de la lectura como escritor. Leer como escritor, o leer para aprender a escribir, supone fijarse en cómo otros hacen lo que nos gusta y también los que no. Por ejemplo, yo tengo muchísimas fotos en el iPhone de párrafos de otros autores que, en su momento, llamaron mi atención por su construcción, su originalidad o quizá por todo lo contrario. Sea como sea, y valga la redundancia, también a leer con el objetivo de aprender se aprende.
El órgano de la escritura puede ejercitarse:
Seguro que eso ya lo sabéis y por eso estás leyendo esta entrada. Porque sabéis que, como ocurre con cualquier otra habilidad que pueda ser aprendida, el órgano de la escritura responde al trabajo de la misma forma que lo hace cualquier otro músculo. Si de verdad se te resiste, mi mejor consejo es que comiences con la escritura libre: no trates de contar una historia (o hazlo, si es eso lo que te pide el cuerpo), y huye de la perfección y de tu propio lenguaje negativo. Simplemente escribe.
Si, por el contrario, ya cuentas con un buen bagaje de horas a tus espaldas, escribes con relativa facilidad pero te gustaría llevar tu técnica al nivel siguiente, quizá la escritura libre no sea para ti la mejor vía (o tal vez sí). Prueba ponerte metas más concretas ahora que puedes: escribir al menos cinco días a la semana, publicar dos entradas semanales en lugar de una, escribir el mismo párrafo desde diferentes puntos de vista narrativos. Escala los retos y auméntalos cuando se te antojen demasiado sencillos.
Escribir, escribir y escribir. Los ingleses, a los que no les faltan buenos literatos, lo tienen claro: Practice makes perfect.
Practice makes perfect.
Y tú, ¿estás dispuesto a mejorar tu escritura este año? Cuéntanos, ¿necesitas mejorar tu redacción profesional? ¿Te alivia escribir pero nunca encuentras el tiempo? ¿Ya escribes de hace mucho y quieres empezar a proponerte nuevos retos?
Con amor,
MF
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