
Me he perdido muchas veces.
Me he atascado, me he confundido, me he angustiado por no encontrar respuestas.
Y no, no te escribo ahora desde el-otro-lado-del-miedo porque, también como tú, me agobio a veces y mucho.
Soy María Fornet:
La psicología y el feminismo me han dado ciertas respuestas en mi camino y con ellas te traigo una propuesta diferente.
¿Sabes cuando un día lees algo/ ves algo/ escuchas algo/ te ocurre algo que de repente enciende una mecha y sin saber muy bien cómo cambia todo?
Seguro que te ha pasado alguna vez.
Yo he tenido varias mechas, pero te voy a contar exactamente tres.
Verás.
PRIMERA MECHA:
Año 1999: 3 de BUP (sí, yo estudié BUP, familia…): Mi profesora de literatura nos animó a leer Los renglones torcidos de Dios y yo, desde muy al principio del primer capítulo, supe que aquel libro contaba algo de mí. ¿Lo has vivido? Es como un dardo. De repente lo supe. Ya no estudiaría Filología como tenía pensado desde muy niña: Iba a ser psicóloga.
De ahí a la facultad. De la facultad a las prácticas y de las prácticas a la vida real. Así, como la vida misma: de un plumazo.
¿Te suena?
SEGUNDA MECHA:
Algo tengo claro a estas alturas: Las transiciones son las mejores escuelas en la vida, de ahí que suela ser lo que más me traéis a sesión y por lo que más necesitáis mi ayuda.
Aquí mi primera transición sísmica: Cuando terminé la Facultad pensé que no tenía otra opción que opositar, y por resumir: me presenté, medio aprobé, me quedé sin plaza, muerte en vida. Tenía que volver a estudiar y la sola idea de pasar otro año con aquel temario del infierno que no me decía nada le apagaba la luz a todo.
Pero la alternativa a no presentarme era peor: ¿Es que no iba yo a ser cómo Juan Antonio Vallejo-Nájera, el director del centro donde Alice Gould desarrollaba su historia en Los renglones torcidos de Dios? ¿Es que el renglón torcido iba a ser justo yo?
Spoiler alert: Era justo yo.
TERCERA MECHA:
Carambolas del destino: Nos mudamos a Londres. Lo bueno, lo alucinante, lo maravilloso que trae el fracaso es que te obliga a rehacer los planes, a darle una vuelta de 180 grados a tu situación, a hacer acopio de todos los recursos disponibles para comenzar de nuevo.
Y eso puede ser M-A-G-I-A.
De repente veo lo que era obvio. ¿Sabes a lo que me refiero? Un día te topas con algo que es tuyo, tan tuyo, y te preguntas cómo ni siquiera te habías dado cuenta antes. Estudié en un colegio de niñas, en la facultad cogí toda la libre configuración en género. En Inglaterra comencé de prácticas en un centro de mujeres y el feminismo se instala entonces en mi vida y mi carrera como un ciclón.
Resulta que los renglones torcidos no éramos nosotras, era el papel en el que escribíamos el que estaba entero roto
Aquí acaban mis tres mechas, pero mira:

Esto que acabo de hacer, escoger determinados hitos de mi historia y resaltarlos para contaros quién soy me ayuda a ordenar mi concepto de mí misma, a conformar mi identidad, pero en el fondo no es más que una narrativa.
Podría haber escogido otras doscientas combinaciones diferentes, y sin embargo he escogido estas tres mechas. Lo hacemos todos los días y es importante que aprendas a contarte a ti misma bien. Eso, créeme, lo cambia todo.
Y no, no hablo de repetirte frasecitas motivacionales y retirar los pensamientos negativos de tu mente, o de inventarte la vida así sin ton ni son.
Es algo más complicado, menos intuitivo e infinitamente más efectivo.
Es algo con lo que, definitivamente, yo puedo ayudarte.
Ya te dije más arriba que no estoy al-otro-lado-del-miedo. No te escribo desde allí, puedes creerme.
Puedo asegurarte que mi vida no es perfecta, pero que sí ha mejorado considerablemente y lo sigue haciendo año tras año. La psicología ha hecho mi vida más rica, el feminismo le ha dado explicación a tantísimas cosas de quién soy y por qué.
Hay algo que es seguro: A estas alturas sí sé lo que hacer. Me pierdo menos, vivo de manera sistemática en el camino de lo que me importa. Con mis más y mis menos, pero te lo repito: Sé lo que hacer.
¿Y sabes por qué? Porque sé quién soy.
Y ya te lo dije antes:
Si sabes quién eres, sabes qué hacer.
Si quieres entender bien cómo, aquí:

Algunos datos que pueden interesarte:
- Soy licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla y en Inglaterra cursé un Postgraduate Diploma de dos años en Coaching Psychology y un Postgraduate Certificate en Psicología Narrativa de un año. Ahora también curso un máster en Estudios de género. Tengo infinitos cursos con los que podría aburrirte, no todos de cosas útiles y con sentido, pero es que me encanta aprender. Jamás de los jamases dejo de formarme.
- En mi andadura inglesa he trabajado como directora de la formación y el desarrollo de una organización al servicio de las mujeres, combinando la psicoeducación con las sesiones con clientas, las conferencias y la escritura. También he formado parte del comité de dirección de una asociación londinense comprometida con el empoderamiento femenino.
- Soy más lectora que escritora, y si me seguís sabréis que escribo y mucho. Publiqué Feminismo terapéutico (Ed. Urano) en 2018, donde integro psicología y perspectiva de género en un liberador recorrido por el lado más sanador del feminismo. Las mujeres de la familia Medina (Almuzara, 2019) es mi primera novela, en la que rindo homenaje a Dos Hermanas, el lugar donde nací, y a las historias anónimas de tantas y tantas mujeres que, como yo, son y se sienten de pueblo. No paro de escribir nunca: Ahora trabajo en algo nuevo que, con suerte, pronto podré enseñarte.
- Mi nombre real es María González Pérez, pero cuando comencé a escribir quise homenajear a mi abuelo, José Pérez Fornet, al que no llegué a conocer, pero cuya sombra ha dado cobijo a toda mi familia. Ahora soy más María Fornet que María González, pero eso da para un debate más largo.
- Me gusta mucho hablar en público, dar clases, participar en conferencias y debates. Te advierto que soy introvertida y disfruto de la soledad y el silencio, que no tímida, pero me encanta lo que hago y eso me da fuerzas para dar saltar al ruedo y compartir este mensaje que considero tan importante. Justo a saltar al ruedo y a vivir la vida que quieres es a lo que voy a enseñarte.
- Ahora vivo en Málaga con mi hijo, Santiago, y mi marido, Gonzalo. Aquí he construido con mucho amor y mucho trabajo mi habitación propia, desde la que os recibo en mis sesiones online, desde la que os escribo en El Consultorio y en la Newsletter, desde la que os hablo en The Gender Psychologist (El pódcast de María Fornet). También el cuarto propio desde el que os escribo cada día y trabajo por generar soluciones reales para que también tú te entiendas y te conozcas, y así sepas qué hacer con tu vida hoy, aquí y ahora.
Quédate, que te acompaño a contarte a ti misma tus mechas para que tu vida tenga sentido y se mueva en la dirección en la que quieres que lo haga.
¡Ah!
Y además te envío un regalito.
Está aquí: